Hammamet, un paraíso en Túnez

Poco a poco regresa la calma a Túnez, los cruceros vuelven a hacer escala en sus puertos y sus playas vuelven a llenarse de turistas. También vuelve a brillar Hammamet, el centro turístico más importante del país. Un sueño azul para el viajero.

Situado en la península de Cap Bon y solo a unos 20 kilómetros de la capital y del aeropuerto, este destino reúne lo mejor que ofrecen los paisajes tunecinos mediterráneos: aguas cálidas y limpias, cielos luminosos, la elegancia de su medina árabe y una oferta de ocio y relax única en la región. De hecho, su nombre proviene de la palabra hammam, que en árabe quiere decir baño.

 

El turismo transformó este pequeño pueblo de pescadores en lo que es hoy: un destino de cinco estrellas. También contribuyó a recuperar su increíble legado histórico, del que destaca el anillo de murallas medievales que envuelve la ciudad vieja, la Medina, con sus casitas blancas con puertas pintadas de azul, adornadas con jazmines y buganvillas.

Allí se encuentra también la Kasbah, el colorido mercado árabe donde el regateo es obligatorio. Por todas partes podemos ver pequeñas cantinas donde disfrutar de una taza de té sentados sobre cojines en el suelo, al estilo otomano.

La zona del puerto es donde conserva mejor la atmósfera refinada de la época colonial, en especial de los años de la Belle Époque, cuando Hammamet se convirtió en el lugar de encuentro de destacadas personalidades de las artes y las letras. El el paseo marítimo abundan luminosas terrazas que miran al mar y refinados restaurantes franceses junto a los tradicionales locales de comida tunecina.