Bahamas, todo un paraíso

Las Bahamas se despliegan en un arco de cientos de islas e islotes a lo largo de 800 kilómetros desde la costa de Florida hasta Haití. Aguas transparentes, playas de ensueño y fondos marinos de gran riqueza. Con esta disposición geográfica y tantas maravillas que ver, tal vez la mejor manera de explorar estas islas sea a bordo de un crucero, una posibilidad que está al alcance de cualquiera ya que son muchas las compañías que se dedican a ello.

La capital de las Bahamas es la ciudad de Nassau, situada en la isla de New Providence, que no es la más grande del archuipiélago. Lo cierto es que echando un vistazo al mapa la distribución de las islas y su organización administrativa parece caótica. Pero ¿quiénes somos nosotros para decir cómo se organiza un paraíso?

Para poner un poco de orden, lo primero que debemos hacer es elegir si queremos visitar las islas grandes centrales  (Grand Bahama) o embarcarnos a descubrir las más alejadas (Out Islands). El resultado será el mismo: un viaje al paraíso.

Resulta difícil imaginar unas aguas más azules y luminosas, perfectas para navegar a vela o en lancha motora. Curiosamente la mayor de las islas (Andros) es la menos explotada y la que guarda los mayores tesoros submarinos. Aquí se encuentra uno de los más grandes bancos de coral del planeta.

Haría falta un viaje de muchos meses para llegar a conocer con profundidad todos los rincones de estas islas, todas igualmente hermosas e ideales para practicar buceo, snorkel y pesca deportiva. Junto a las largas playas de arena blanca crecen poblaciones organizadas en torno a los principales puertos, y en ellas encontraremos coloridos con el inigualable sabor del Caribe y el trópico. Se les llama mercados de paja. Allí se vende a los turistas esteras, sombreros y cestones artesanales, todo tipo de ropa y souvenirs, muchos tipos de fruta, joyas y artesanía en madera.

En Bahamas hay que comer los alimentos que el mar nos regala: la langosta roja, los cangrejos a la plancha o asados y el pescado fresco. La mayoría de veces vienen acompañados por frijoles y arroz , tomates y cebollas.

Algo que como turistas nos debería interesar es que desde hace algunos años  el gobierno de Bahamas puso en marcha un programa llamado People to People, que invita a los locales a hacerse voluntarios para servir de anfitriones personales a los viajeros que visiten las islas durante el tiempo que duren sus vacaciones. Los voluntarios no reciben ningún tipo de sueldo por ello, lo cual dice mucho de la hospitalidad de estas gentes. Una razón más para embarcarse en al aventura de descubrir las Bahamas.