Costa Blanca, precioso litoral alicantino

Desde Denia a Pilar de la Horadada, más de 200 kilómetros de costa a lo largo del litoral alicantino llenos de bonitas playas y un clima privilegiado, hacen del litoral alicantino uno de los lugares favoritos de veraneo tanto para los españoles como para muchos extranjeros que llegan cada verano a la Costa Blanca.

El fabuloso paisaje de la Costa Blanca está marcado por el Mediterráneo y los sistemas montañosos que se asoman a él configurando un litoral muy variado, donde encontramos largas playas arenosas intercaladas con pequeñas calas escondidas de gran belleza.

Así que cuando nos bañemos en estas aguas privilegiadas podremos ver en el horizonte montañas cubiertas por encinares, pinos, algarrobos y perfumados por una amplia variedad de plantas aromáticas. Al sur de la provincia, las montañas desaparecen y se suaviza. Aquí aparecen los campos de palmeras y los huertos junto al mar.

El gran foco turístico de esta zona es sin duda la ciudad de Benidorm, al norte de la provincia. Aquí la industria turística ha desarrollado importantes infraestructuras y una apasionante oferta de ocio. Benidorm es desde hace décadas la meca del veraneo para muchos españoles.

Denia es otra de la ciudades importantes de la Costa Blanca, una población con casi dos milenios de historia que aparece ante nuestros ojos dominada por un monumental castillo medieval. Posee grandes zonas de playa de más de 2 kilómetros de extensión, con una arena fina y dorada. En los alrededores se levantan impresionantes acantilados de color blanco, los que dan nombre a esta parte del litoral de la Comunidad Valenciana.

Jávea es un destino variado: cuenta con una amplia y elegante bahía, agradables playas y un animado puerto náutico. En la parte vieja de la ciudad encontramos monumentos interesantes y paseos tranquilos. Y en los alrededores se ubica el Parque Natural de Montgó.

Un capítulo propio merece Calpe y su imponente Peñón que , con sus 332 metros, es la roca con mayor altitud de todo el Mediterráneo que divide la zona costera de la ciudad en dos partes. Existe la posibilidad de hacer una excursión hasta la parte más alta del peñón y admirar desde allí el prodigioso paisaje.

Por último visitaremos Altea, una ciudad que conserva el encanto de los viejos puertos de pescadores del Mediterráneo. Destaca la iglesia principal, con su peculiar cúpula azul, además de sus callejuelas repletas de coquetos comercios y acogedoras tabernas. Las calas y pequeñas playas cercanas son una auténtica maravilla.